Gato Persa: características, cuidados y carácter del gato turco
El persa es otra de las razas de gatos de la antigüedad y como suele pasar con las demás razas de gatos antiguas, su historia se torna algo confusa.
En el siglo XVI ya había algunos gatos de pelo largo que se paseaban por las calles de Italia. Estos gatos habían venido desde Asia.
Pietro della Valle (conocido explorador italiano) en el siglo XVIII, trajo en uno de sus viajes de exploración a Italia un gato de Persia para incorporarlo al programa de crianza. Aquel gato era conocido en Persia como el “gato de las arenas“, por vivir en el desierto.
Este gato de las arenas era muy lanudo y hasta parecía un estropajo de acero, su pelaje lo protegía del rudo entorno del desierto y le permitía vivir en la arena.
Nicolas de Pereisc (un famoso astrónomo, abogado y botánico francés) adquirió algunos gatos de pelo largo, procedentes de Turquía, que más adelante en el siglo XIX se cruzaron con algunos de los gatos de Italia dando así al origen de la raza Persa moderna, aunque esta raza es antigua se sabe que también es un producto del hombre.
¿Cuál es el gato persa?
El gato persa es un gato de tamaño mediano, pero aparentemente se ve enorme gracias a que sus huesos son robustos. Tiene una gran cantidad de pelo lo que también ayuda a que parezca más grande de lo que en realidad es.
El persa es una raza de aspecto diferente; su cuerpo es corto pero grueso, así como sus patas y cuello. El tipo de cuerpo mejor conocido en esta raza, es el compacto y se le conoce como “cuerpo Corby“.
Este cuerpo se caracteriza por destacarse por encima de las patas, que son muy pequeñas y gruesas. El pelo es abundante, espeso, largo y sedoso al tacto.
¿Cómo saber si un gato persa es de raza pura?
Hay personas que no pueden distinguir claramente, si su gato es realmente persa o si solo se parece, ya que hay muchas mezclas de esta raza que parecen puras.
Sin embargo, esto es algo que a muchas otras personas realmente no les importa, pues ellos solo quieren poder disfrutar de su compañía y cuidar de él.
Para quienes quieren saber la pureza de esta raza, casi siempre es para poder inscribir al gato en concursos de belleza felina o quizás porque son criadores legales de la raza.
Claro también cabe la posibilidad que sea solo por satisfacer una simple curiosidad.
En estos casos fijarse en el físico y el carácter del gato, ayuda mucho en ver si coincide más o menos con la descripción oficial y general.
Dentro de las características físicas del persa, sobresalen:
- Tamaño entre mediano y grande
- Cara ancha y chata
- Nariz muy pequeña y ubicada cerca de los ojos
- Orejas pequeñas y peludas
- Ojos grandes y redondeados
- Pelo entre largo y semilargo
- Pelaje sedoso y fácil de enredar
- Multitud de diferentes colores de pelaje y posibles combinaciones
- Cola gruesa y peluda aunque bastante corta
- Patas gruesas y con bastante pelaje
¿Cuántos hijos tiene un gato persa?
El periodo de gestación tarda aproximadamente unos 64 días, donde la camada es de 1 a 6 gatitos. La reproducción del gato persa no es distinta a la reproducción de otras razas felinas.
Las hembras del gato persa no tienen un comportamiento sexual, sin antes alcanzar por lo menos dos kilos y medio de peso. Los meses entre enero y al final del verano son los de mayor actividad sexual para esta raza.
Una gata persa puede parir entre tres y cinco cachorros, pero teniendo en cuenta si existe alguna causa que pueda ser contraproducente, según dicen los veterinarios, en la primera gestación las camadas suelen ser menos numerosas que en las siguientes.
Un aspecto importante es que los partos de esta raza a menudo suelen complicarse por lo que en ciertas ocasiones es necesario recurrir a la cesárea, más en los casos donde las hembras son de tamaño pequeño y su gestación es múltiple.
Algunos veterinarios coinciden en que muchas veces la gata no es capaz de cortar el cordón umbilical para separar de las placentas a los cachorros debido a la forma chata de su cabeza.
Estos datos son muy importantes tenerlos en cuenta para proporcionarle a la gatita persa, el cuidado de un veterinario si es necesario.
¿Qué se le puede dar de comer a un gato persa?
La alimentación del gato persa tiene que basarse en pienso (alimento) seco o húmedo, pero siempre respetando las cantidades a consumir de acuerdo a la edad, o si el gato tiene necesidades especiales donde se deben seguir las recomendaciones que disponga el dueño y el veterinario.
Aunque el gato persa tiene una apariencia robusta, no debe “darse el lujo” de comer excesivamente porque con esto puede llegar a ser un animal obeso.
A esta raza de gatos les gusta mucho comer, por lo que los dueños deben cerciorarse de darle de comer sólo una vez al día.
El sobrepeso en estas mascotas, así como en otros animales, les provoca enfermedades en su aparato cardíaco, renal y digestivo.
El gato persa tiene que contar con todos los nutrientes que son esenciales para su desarrollo y evitar que se enferme, manteniéndose sano por dentro (en sus órganos) y por fuera (en su pelaje).
El alimento en todo momento debe ser de buena calidad y variado. Es por esto las mejores marcas de alimentos (pienso) ofrecen variadas recetas, a base de: pescado, lácteos, pollo, carne, vegetales, etc. Lo que garantiza que el gato persa perciba una buena y equilibrada alimentación.
¿Cuánto puede crecer un gato persa?
El gato persa tiene un tamaño medio, además cuenta con una cabeza redondeada y ancha, orejas pequeñas, y nariz chata sin morro.
Su nariz es muy corta, este gato mide entre 40 y 50 centímetros de longitud y alrededor de 30 cm de altura. Según su peso, el tamaño es considerable, si el mismo está entre los 3,5 y los 7 kg.
¿Dónde viven los gatos persas?
Como es conocido el gato persa desciende del gato turco de angora, su origen (geográficamente hablando) se sitúa en la zona antigua llamada Persia (actualmente Irán) de ahí se deriva su nombre.
Los gatos persas que se conocen actualmente surgieron en Inglaterra en el siglo XIX, como resultado del cruce entre el gato persa de raza pura (de Persia), que fue introducido a través de Italia y el angora turco blanco.
¿Cómo cuidar un gato persa?
- Como todas las razas de pelo largo, los gatos persas necesitan cepillado diario, su delicado y delgado manto necesita muchos cuidados, para evitar que se le hagan nudos.
- Con el cepillado se evita que el gato se trague sus pelos, porque una excesiva deglución de pelos le puede provocar problemas intestinales y de corazón.
- Su cola puede llegar a ser un nido de pulgas si no se cuida y cepilla regularmente.
- Requieren de una alimentación equilibrada pero no excesiva, ya que tienen tendencia a engordar.
- Sus ojos necesitan limpieza diaria debido a la forma y cercanía a estos a su nariz, lagrimean frecuentemente.
Otra manera muy adecuada y recomendada de cuidar a los gatos persas es realizándoles una castración (esterilización) tanto a machos como a hembras, ya que es un procedimiento totalmente necesario.
Está confirmado tanto por los veterinarios como por las sociedades protectoras de animales, que los gatos y gatas que han sido castrados; viven más años, su pelo se hace mucho más abundante, y no contraen enfermedades urinarias, cáncer de próstata y testículos (en machos) y de ovarios y mamas (en hembras).
Otros buenos indicios son que se evitan fugas durante el celo y el marcaje con orina y heces de los espacios por toda la casa. Además estos lindos felinos se hacen más cariñosos y mansos, y son más fieles.
¿Cómo es el carácter de un gato persa?
- Este es un gato muy dulce tiene un temperamento muy tranquilo y pacífico.
- Es un gran dormilón.
- Demanda mucho afecto por lo que requiere frecuentes muestras de cariño por parte de sus amos.
- No tienen rasgos de ese instinto salvaje que tienen las otras razas conocidas de gatos, ni tampoco tienen el natural instinto cazador de los gatos.
- Es un gran observador.
- Y es poco expresivo.
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